Quería enviar esta nota antes, pero en mi casa se fue la luz. El tercer mundo tiene su encanto.
Y ahora que en mi cuarto parece a punto de iniciar una sesión espiritista, me dispongo a escribir.
Hay cosas como hacer burbujas con la mano o sacar la cabeza por la ventana, que no importa cuantos años tenga, me hacen sentir plena.
Un simple juego, sin agenda alguna, ni siquiera la de conectar con nuestra niña interior. Acciones que no van a ninguna parte y no duran más de unos minutos.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a delirios de locura para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.