Te confieso que he decidido publicar esta entrada porque había olvidado por completo que la había escrito.
El turno de la paranoica comienza cuando anochece; está siempre ansiosa por llegar a trabajar.
Me asusta la carretera y los ruidos de los coches. Duermo con tapones porque si no soy capaz de justificar cualquier sonido con alguien entrando a mi casa
Las cuatrimotos me ponen mal, no sé si tengo algo contra las ruedas o qué es lo que se encuentra detrás.
Siento que nadie me comprende, que me tachan de loca y que nadie siente cómo se le clava este aguijón en el pecho más que yo.
Me asustan los hombres, esos jóvenes que creen que la vida va de hacer sin ninguna consecuencia
Por las noches hago listas infinitas de todo lo que debo hablar con la psicóloga y a la mañana siguiente esos temas no me mueven ni un pelo, para el desayuno ya se me olvidaron.
El único vestigio que queda es el dolor en la mandíbula.
Te confieso que a veces veo comedias románticas hasta quedarme dormida.
Soy otra en la noche, una que jamás reconocería.
¡Qué dualidad tan extraña me habita! Siento que tengo clavados dos corazones distintos, dos cerebros diferentes.
Es eso o todas las mañanas padezco de amnesia, porque de pronto todos los temores que no me dejan dormir la noche anterior se esfuman, como si nunca hubiesen existido
Quién sabe, quizás nunca publique esto y se quede abandonado en los borradores.
Quizás mañana, al editarlo, me parezca un delirio descabellado de quien soy cuando el cielo comienza a obscurecerse.


A veces, tomo decisiones de día de las que me arrepiento a la noche siguiente.
Viajes, salidas, me persiguen por las noches.
Es extraño traerlas a ambas aquí dentro, una que por la mañana se siente dueña del mundo y toma caminos y decisiones como si ella fuera la que se va a dormir conmigo.
Pero ella no lo es. Ella no lidia con las consecuencias. Es la otra, a la que todo el día tengo amarrada y solo dejo salir a pasear cuando nadie me mira.
Quizás es eso. Debería de darle algunas horas. Quizás si tengo un par de delirios diurnos, los que me acechan por la noche serán menos.
El problema es la amnesia.
Todas las noches me prometo a mí misma abrazar más a mi madre y discutir menos. Pero para las ocho de la mañana ya he olvidado mi promesa.
Tengo que hacer las paces entre ellas. Es difícil ser ambas y al mismo tiempo no ser ninguna.
Querer estar y marcharse. Querer viajar y estar muerta de miedo. Querer amar y olvidarlo a la mañana siguiente. Querer perdonar y al día siguiente no encontrar las razones.
Tengo delirios nocturnos, escenarios catastróficos que se proyectan en mi mente en cuanto mi cabeza toca la almohada. Trescientos ensayos argumentados de todos los peligros en los que me encuentro, y un frío en el pecho que frena hasta las lágrimas. Contengo el aliento, sin darme cuenta siquiera.
¿Todos los humanos vivimos así? ¿Con delirios nocturnos? ¿O solo los que no somos adictos a la melatonina? ¿Cómo hago las paces entre quien soy de día y la que me invade por las noches?
Cuando me he dejado sentir ansiedad en el día, duermo tranquila por las noches.
Cuando me distraigo, no, esas son las peores noches.
En el miedo habita una soledad extraña, y la incomprensión del otro por mi miedo irracional abre poco a poco una zanja entre nosotros.
Estoy aquí para decirte que te comprendo.
Que esta es una de esas noches.
Hoy me he dejado invadir por el miedo y estoy aquí escribiendo. Porque prometí acompañar(me).
Un gesto de amor, un roce con la mano, una pregunta curiosa o una mirada compasiva. Eso me haría bien en este momento. Un abrazo largo o salir a correr.
Estoy aquí, y una siempre sobrevive a las noches largas, incluso a las que no se les ve el final.
Así que guarda esto, y si ti también te invaden los delirios nocturnos.
-con amor, Haya
Holaa <3
Después de mucho darle vueltas he decidido lanzar una nueva sección de delirios de locura.
Esta nueva sección del blog es mi intento absurdo de vencer al caos que nos rodea. Una nota para hacerte la vida más fácil, o aunque sea, un poquito más lenta.
Esta sección nació porque a veces mi mente necesita razones para parar, diminutos recordatorios para admirarme sobre todo esto que me rodea, y si tu también lo necesitas quizás te pueda gustar.
Cada lunes recibirás un pequeño delirio, una razón para admirarte de lo cotidiano, un recordatorio de que la vida puede verse interesante, incluso los lunes.
Soy curiosa por naturaleza y me maravillo con facilidad, pero en este mundo es fácil olvidarlo, así que este será mi pequeño diario para asegurarme de no olvidar y de paso que tu tampoco lo hagas.
Si quieres recibirla, suscríbete a la opción de pago y nos vemos el próximo lunes.
Y si no, nos seguiremos leyendo por aquí en un formato un poco más largo <33
-un abrazo, Haya
Gracias por escribir ese texto, sobre todo por compartirlo, pues cuando escribo esto ya se por certeza que al menos somos más que se sienten así .
De noche una persona diferente a la de la mañana, incluso a veces diferente a la de hace tan solo un par de horas.
No puedo negar que algunas veces me pregunto si estoy loca… como puedo cambiar una forma tan drástica de pensar de un momento a otro, y como no soy capaz de encontrarme siempre en esa persona que no es pesimista, temerosa y ansiosa por el futuro incierto. De todas formas me alegra saber en esos momentos que soy toda sombra, que existe una versión de mi que es luz, y que en algún momento ya sean horas, días, segundos o semanas va a aparecer.
Gracias ❤️